I CHING



Es el oráculo más antiguo de la humanidad, es el instrumento de orientación personal por excelencia y de iluminación interior por sapiencia demostrada eficazmente en milenios de consultas. Similar a la vida misma, el "libro de los cambios" nos propone recordar que la estabilidad o permanencia de las cosas es una mera ilusión; ya que todo cambia irremediablemente. Cuando nos sentimos óptimos y radiantes porque tenemos la certeza de haber encontrado el lugar seguro en el que queríamos estar, cuando pensamos que mejor negocio que el que estamos haciendo en este momento no podríamos hacer, cuando creemos haber encontrado el amor de nuestra vida; siempre termina sucediendo alguna transformación que nos vuelve temerosos llegando a veces a agobiarnos. Aprender a percibir, asumir y protagonizar esas mutaciones, equivale a adquirir madurez mental y emocional.
Este oráculo es especialista en interpretar esos cambios, y ayudarnos a direccionar nuevamente nuestros objetivos haciéndonos concientes de la naturaleza mas esencial de las cosas y de los seres: la evolución. Seguramente ésta es una de las lecciones mas duras que a diario nos impulsa a aprender a recibir con tranquilidad lo nuevo y a sepultar con la misma tranquilidad si es posible, lo viejo.


Paradójicamente, cuanto más avanza nuestra civilización, más desorientados nos encontramos en nuestro interior. La cultura intenta mostrarnos a diario, que la sabiduría, la verdad, la belleza y el bien, se encuentran fuera del hombre y por tanto nos empuja a ideales exteriores, que lejos están de poder erradicar la tan conocida angustia existencial. Tan fácilmente como los días transcurren sin cesar en nuestro almanaque cósmico, de igual manera terminamos olvidando una y otra vez, que la felicidad es un proceso interno, individual, que por cierto contagia, pero no es un proceso ni material, ni social. Prueba de ésto es que una misma situación puede ser vivida por algunos como una enorme desdicha y por otros como una gran satisfacción; por tanto, de nuestra riqueza o pobreza interior depende que nuestro paso por la vida se nos presente como un hermoso lecho de rosas o como una larga y despiadada condena.
El I Ching es un oráculo de edificación interior; consultándolo encontraras la más inteligente orientación que abarque tanto la parte material como la espiritual de aquel obstáculo por el que estés atravesando. Los consejos vertidos por los hexagramas te brindaran la contención y la paz necesaria para poder atravesar los momentos de crisis, angustia o desasosiego que te generan los problemas o estancamientos. Su milenaria sabiduría nos remite automáticamente a la sensación de encontrarnos frente a ese especial e inteligente corazón que conoce nuestros conflictos y necesidades, más aún que nosotros mismos.
Ya sabemos que las cosas y las distintas situaciones cambian de continuo, pero nos resulta sumamente difícil poder pensarlas, vivirlas y sentirlas en función de su constante mutación. Es por eso, que cuando algo nos quita la seguridad ya conocida por nuestros ojos, nos enfadamos, nos angustiamos y con ello, perdemos mucha de la energía que bien podríamos utilizar para seguir avanzando en nuestro camino. No lo dudes, consultar el I Ching es ir descubriéndonos a nosotros mismos, y cuánto más y mejor podamos conocernos, con mayor precisión podremos ubicarnos frente a las dificultades que nos presenta el trajín cotidiano.
La pregunta que desees hacer al oráculo, carece de formalidad alguna, ella puede tratar sobre cualquier aspecto de tu vida, solo es necesario que la pienses claramente y nos llames. Si deseas recobrar la calma, solicita tu consulta y comenzá a transitar una comprensión de ti que antes no tenias.

 
Cómo consultar el I-CHING:
El I-Ching es un antiguo oráculo chino, un libro utilizado para contestar preguntas sobre el futuro. Muchos de los libros usados como oráculos emplean una sencilla técnica de consulta: se abre el libro al azar, se sitúa un dedo sobre la página abierta y la frase sobre la que se ha posado se toma como respuesta, literal o simbólica, a la pregunta planteada. Sin embargo el I-Ching es diferente a todos los demás oráculos en dos cuestiones importantes. En primer lugar, no ofrece respuestas específicas a las preguntas, sino más bien un análisis detallado de los hechos sobre los que se hacen las preguntas, dependiendo de la situación en el momento de plantearlas. En segundo lugar es más que un oráculo: es una expresión adivinatoria de un sistema filosófico. El I-Ching ha ejercido profunda influencia sobre el budismo chino y las dos grandes religiones que China ha dado al mundo: el taoísmo y el confucianismo, la doctrina ideada por Confucio quien llegó a decir que si pudiera disponer de otros cincuenta años, los dedicaría por entero al estudio del I-Ching. El I-Ching es la versión china de la teoría de la polaridad o dualidad que subyace en todas las grandes religiones orientales, es decir, basada en un principio positivo y dinámico, el "Yang", y un principio negativo, el "Yin". Los opuestos se complementan y ambos son manifestaciones del eterno e infinito Tai Chi.
Las permutaciones del Yin y el Yang se representan en el I-Ching mediante la interacción de líneas interrumpidas (- -) en el Yin, y de líneas continuas (--) en el Yang. Con estas líneas se forman ocho figuras de tres líneas (triagramas), que se permutan para formar 64 figuras de seis líneas llamadas hexagramas. La versión completa del I-Ching tiene una lectura distinta para cada hexagrama y para cada línea individual de la situación sobre la que se ha buscado consejo. El texto original chino se halla en un lenguaje que utiliza los símbolos del folklore tradicional chino, es decir que la tarea de interpretación requiere una buena dosis de intuición. Por ejemplo, un consejo del I-Ching puede estar expresado como: "aproximarse a su problema como las zorras se aproximan a los lagos helados". Para obtener un hexagrama y consultar la sabiduría del I-Ching en una forma más o menos sencilla podemos utilizar un dado y proceder de la siguiente manera: Formular con claridad la pregunta sobre una situación y cómo se resolvería mejor, y anotarla. Arrojar un dado seis veces y anotar cada uno de los números que vayan saliendo en una columna vertical, de abajo hacia arriba. Trazar una línea al lado de cada número, discontinua para los pares y continua para los impares. Observar las tres líneas superiores del hexagrama (es decir el triagrama superior); buscar este triagrama en la línea horizontal del gráfico que representa los ocho triagramas superiores del IChing.
El siguiente paso consiste en encontrar las tres líneas inferiores de su hexagrama en la columna vertical de la izquierda, que muestra los ocho triagramas inferiores. Buscar el punto de encuentros entre ambos triagramas, avanzando vertical y horizontalmente. El número así encontrado le indica el hexagrama que deberá ubicar en el libro. A continuación leer la breve interpretación adivinatoria del hexagrama de que se trate, y aplicar intuitivamente su significado en el contexto de la cuestión sobre la cual estamos interrogando al I-Ching. 


 
 
I-Ching | Tarot

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